Camisetas confeccionadas en crepé de seda y vestidos confeccionados en punto de algodón: es la insubordinación de este verano y un testimonio más de la mente poco convencional de Isabel.
La colección se inspira en las curvas y el resplandor ornamentales del Art Nouveau. Los bordados artesanales dibujan motivos orgánicos en tops y vestidos de tul, que se reflejan en intrincados cuellos de encaje.
Sobre los looks denim, los patrones de constelaciones de hilos dorados introducen una dimensión mística y celestial en esta nueva temporada.
Los jardines del Palais Royal, sumergidos en azul medianoche y llenos de la etérea banda sonora del espectáculo compuesta por Kazu Makino e interpretada por Blonde Redhead, amplifican una sensación de esoterismo.
Las telas de paracaídas y los zuecos de cuña elevan aún más la silueta, mientras que los aretes estructurales de plata levitan como móviles y brillan al ritmo de los pasos.
La colección evoca un deseo poético pero indiferente de ligereza y feminidad, que en última instancia se resume en los looks de noche salvajes y brillantes.